Pocos museos están preparados para sostener el peso físico de las monumentales obras que centran el trabajo de Richard Serra. Uno de ellos es el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), cuya remodelación incluyó la creación de las galerías contemporáneas de la segunda planta pensando, precisamente, en el trabajo de artistas como este californiano. Ayer, cuando se presentó a la prensa la retrospectiva Escultura de Richard Serra: 40 años, el artista se rindió a la visión de la pinacoteca por crear "un espacio que motivará y potenciará a generaciones venideras". Ese espacio es donde --tras un proceso de instalación que el director del museo, Glenn Lowry, definió como "casi un ejercicio militar"-- los visitantes podrán experimentar a partir del domingo y hasta el 24 de septiembre Band, Torqued Torus Inversion y la espectacular, improbable, cautivadora y se diría infinita Sequence. Esas son las tres obras de nueva creación que, con otras 24 repartidas entre el jardín y la sexta planta del MoMA, conforman la exposición. La muestra, un empeño conjunto del MoMA y del DIA Center for the Arts, permite encontrarse con el trabajo de un artista que reta conceptos como la masa y la forma, que es capaz de transmitir con el acero la más intensa sensación de suavidad y flexibilidad, que encuentra inspiración más allá de la arquitectura y de la naturaleza, y que convierte la escultura no en objeto sino en espacio, haciendo más que apropiada su llamada a pensar en y con los pies. "Son espacios que cada uno siente de forma diferente", explicaba ayer Serra en la sala de la segunda planta. "He hablado con un cineasta a quien una de las obras le recordaba a rollos de cine y con un músico para quien era un instrumento. Y eso es justamente lo que quiero: que cada uno traiga su propio equipaje y recorra con él las obras". Las piezas instaladas en la sexta planta son una mirada a los primeros trabajos de los años 60, 70 y principios de los 80, obras en las que Serra innovó con materiales como la goma, el neón y el plomo. Pero no es una mirada nostálgica. Y Lynne Cooke, una de las comisarias, lo reafirmaba. "Retrospectiva suena a repaso, a culminación, pero esta nos pide que miremos hacia adelante". Fuente: El Periódico |
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